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5 razones por las que un buen vino empieza con Geografía
La geografía del vino va más allá de las vinaterias. Probablemente hayas escuchado que todo buen vino empieza en su viñedo, pero si tomamos un paso atrás y vemos una perspectiva más grande, te darás cuenta que hay muchas influencias geográficas que hacen que una cepa de un terroir particular haga un vino especial. Cuando hablamos de influencias geográficas del vino, no hay una regla que garantice un buen vino; es más una conexión de puntos – 5, para ser exactos: temperatura, clima, elevación, tipo de suelo, y geopolítica.
Temperatura de crecimiento estacional
Desde el momento que la fruta florece, hasta el día de su cosecha, las uvas están en una carrera para madurar, y la temperatura promedio es un factor que determina cuándo – y si – éstas mismas cruzarán la meta. Las uvas maduran a diferentes velocidades, lo que significa que la temperatura promedio es un componente enorme en términos que determinan cuáles variedades deben ser plantadas en cada región.
Las Pinot Noir y Chardonnay son de las primeras uvas cosechadas y tienen un crecimiento mejor que el promedio a aproximadamente temperaturas entre 14 a 17º C.
En general, los climas cálidos permiten a las uvas llegar a su maduración completa, desarrollando pigmentos profundos, sabores a fruta redondos, mejor dulzura, y mayor contenido de alcohol. Por otro lado, los climas fríos tienden a mostrar un lado más suave, acentuando la mineralidad de los vinos blancos, manteniendo una jugosa acidez, y asegurando un baile delicado de sabores a través del paladar. Durante las catas a ciegas, éstas características ayudan a clasificar rápidamente si un vino proviene de climas cálidos o fríos y cómo crecieron en la vid.
Clima
Más allá de la temperatura promedio, el clima toma en cuenta los patrones climáticos y las condiciones atmosféricas que pueden desarrollarse – o destruir las uvas de vino. Estos factores incluyen cosas como las lluvias, humedad, viento, heladas, granizo y calidad de la luz solar, lo cual impacta todo, desde el grosor de la piel de la uva (taninos) hasta las efectividad de los aerosoles químicos antifúngicos diseñados para combatir el moho de la vid.
Dependiendo al científico que le hables (y cuántas copas de vino ha tenido en ese día en particular), hay docenas de maneras de clasificar el clima: en temperatura promedio (clima cálido vs. frío), por escala (macroclima, mesoclima, microclima), o por grupos de clima generales (Mediterráneo, Marítimo o Continental, por ejemplo). Las mejores cosechas usualmente son el resultado de climas estables que permiten una maduración lenta y continua, sin lluvias fuertes o temperaturas extremas.
Elevación
Desde colinas escalonadas en terrazas hasta el fondo del valle, la elevación afecta en cómo las uvas crecen. Mayores altitudes hacen dos cosas que benefician a ciertos vinos:
- Temperaturas más frías por la noche
- Estaciones de mayor crecimiento
Las noches frías en altitudes altas provocan mejores temperaturas diurnas (el rango entre temperaturas de día y noche), lo cual ayuda a las uvas a conservar su acidez y conducir a vinos más elegantes, dignos de conservar.
Los viñedos en montañas o colinas también tienden a recibir más luz solar directa y concentrada (lo cual conduce a mejores concentraciones de color y taninos fuertes).
Tipo de suelo
Como siempre, la tierra no tiene el crédito que merece. El tipo de suelo – incluye arena, arcilla, tierra, guijarros, rocas, y docenas de combinaciones en el medio – juega un gran rol en cómo las uvas crecen y en el tipo de vino que se convertirán. El tipo de suelo determina la disponibilidad de nutrientes, drenaje de agua, retención de agua, e incluso moderar la temperatura en el microclima inmediato de las vides.
Las uvas en las vides se desempeñan mejor cuando los nutrientes son escasos y las raíces no son pantanosas. Estas condiciones causan que la vid concentre más energía en su supervivencia y menos en el crecimiento de las uvas, lo que significa que habrá menos racimos en la vid – y cada uva tendrá más carácter, concentración, y calidad. Como resultado, los suelos arenosos en los viñedos tienden a producir vinos más elegantes que los suelos de arcilla; y los suelos de arcilla tienden a ser más redondos y estructurados.
Geopolítica
En el mundo del vino, cruzar las fronteras es literalmente un cambio de juego. Mientras que existe un consenso universal de que el vino es bueno, no todos concordamos en cómo debería de estar hecho o cómo debería de estar impresa la etiqueta. En lo que se refiere al vino, las leyes de la tierra son usualmente diseñadas para hacer una o dos cosas: (1) Peller contra el fraude del vino (para estandarizar las etiquetas del vino, protegiendo las denominaciones de origen, y los sistemas de clasificación del vino), o (2) proteger al consumidor (para regular aditivos y procedimientos de producción). Parece relativamente sencillo, pero la forma en la que se desarrolla en el mundo real es… de alguna forma es loca.
Por ejemplo, en los Estados Unidos, para que un Pinot Noir sea etiquetado como tal, necesita tener un mínimo de 75% de uva Pinot Noir. En Australia, esa medida sube a 86%, y en Francia, las mayoría están etiquetados como “Bourgogne Rouge” que son producidos solo de Pinot Noir. Confuso, ¿cierto?
No sólo cada país tiene su propio libro de reglas (a nivel nacional, regional, y local), pero cada país hace sus propios sistemas de regulación de calidad.
Fuente: Wine Folly