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Desmintiendo los mitos del vino
Las afirmaciones que probablemente has escuchado pero no son verdad.
Mito: Las lágrimas del vino denotan un mejor vino.
Realidad: Las lágrimas dicen relativamente poco sobre el vino.
Mito: Poner una cuchara en Champagne hace que se mantenga burbujeante.
Realidad: Realmente, no hay evidencia que pruebe esta teoría. Estará mejor si utilizas un tapón de Champagne (Champagne Stopper).
Mito: Los sulfitos causan resaca.
Realidad: Aunque algunas personas son alérgicas a los sulfitos, en la mayoría de los casos, las resacas son causadas por la deshidratación que provoca el alcohol, no los sulfitos en el vino.
Mito: El diseño de la base del vino determina qué tan bueno es.
Realidad: En algunos casos es verdad, sin embargo, no es una regla universal, y en algunos estilos – con los Riesling, por ejemplo – no tienen ningún tipo de diseño en la base.
Mito: El vino blanco no va con la carne roja.
Realidad: Al momento de maridar cualquier platillo, se debe de tomar en cuenta otros factores como la acidez, la edad y si se preservó en barricas de roble o no. ¡No te dejes llevar simplemente por el color!
Mito: El vino blanco es solo para pescados.
Realidad: Nuevamente, hay otros factores a considerar. La regla principal es no tomar un vino tan tánico con pescado.
Mito: El vino rosado pálido es mejor.
Realidad: Los rosados pálidos y delicados de Provenza han crecido en popularidad, y se han convertido en una tendencia entre productores para mantener el color lo más pálido posible. Pero esto no significa que los rosados de color más oscuro sean de peor calidad.
Mito: El vino tinto se tiene que servir a temperatura ambiente.
Realidad: Hay muchos estilos de tintos ligeros que se benefician de enfriarlos un poco, especialmente en los meses de verano.
Fuente: Decanter.